Durante mucho tiempo, el dolor se abordó como un síntoma más de las enfermedades. Sin embargo, los avances en el conocimiento sobre cómo funciona el sistema nervioso central han permitido el desarrollo de las neurociencias y esto ha supuesto un cambio de paradigma en el abordaje del dolor y, sobre todo, el dolor crónico, que ha adquirido la categoría propia de enfermedad.
Para tratar y explicar los diferentes avances que se han dado en este conocimiento del dolor y su relación con el sistema nervioso central, la Societat Catalana de Dolor (SCD) ha organizado este viernes, 25 de noviembre, su primera Jornada de Neurociencias. “En esta jornada hemos querido abordar el dolor como una patología y de una forma multidisciplinar, con profesionales de los distintos ámbitos que están relacionados con él, como puede ser la biología, la neurofisiología o la psicología, entre otros”, destaca la Dra. Carme Batet, jefa de la Unidad de Dolor del Complejo Hospitalario Moisès Broggi y vicepresidenta de la SCD, que, además, ha sido quien se ha encargado de organizar el programa de la jornada.
No hay que olvidar que el dolor crónico es un grave problema que afecta a casi el 10% de la población mundial. En Europa, una de cada cinco personas lo sufre y es la principal causa de discapacidad. De entre todos los tipos de dolor, el de espalda es el más común, ya que representa alrededor del 50% de los casos. En muchas ocasiones, el manejo de este problema es complejo y el tratamiento no es satisfactorio. De hecho, no es infrecuente que los pacientes que se someten a una cirugía de espalda acaben desarrollando un dolor espinal persistente, una patología muy incapacitante y cuya incidencia está en aumento, precisamente por el incremento del número de estas cirugías en Europa y Estados Unidos.
“Es importante entender que hay múltiples factores que inciden en el dolor crónico y conocerlos es la clave para su abordaje, de ahí la importancia de esta Jornada”, comenta el Dr. Antonio Montes, presidente de la SC y jefe de la Unidad del Dolor del Hospital del Mar de Barcelona. “Existen causas genéticas, pero también las patologías inciden en él y hay un importante componente psicológico que tampoco se debe obviar. Se trata, en definitiva, de una enfermedad psicosocial en la que los aspectos sociales también pueden agravar la condición del paciente”, añade la Dra. Batet, quien destaca que esta complejidad es la que motiva la necesidad de equipos multidisciplinares que permitan un manejo mucho mejor de esos pacientes con dolor crónico.
Bien formados, pero sin recursos
El conocimiento cada vez más preciso de la bioquímica del sistema nervioso central está permitiendo también desarrollar nuevos tratamientos. “Es muy importante poder profundizar en toda la fisiopatología del dolor porque, de lo contrario, corremos el riesgo de enfocar su manejo solo al tratamiento, cuando hay muchas otros aspectos importantes que inciden en él. Por eso una jornada como la que hemos organizado es clave para ofrecer un panorama completo de dónde estamos ahora mismo en el abordaje del dolor”, añade la Dra. Batet.
A este respecto, la vicepresidenta de la SCD señala que en la actualidad las Unidades de Dolor que hay en Cataluña han podido profundizar precisamente en todo este conocimiento de una forma adecuada y que su formación es también la adecuada. “Sabemos muy bien qué se ha de hacer, pero por desgracia nos faltan los recursos necesarios para ejercer nuestra profesión.”
Un tratamiento de demostrada eficacia
Un ejemplo de lo que está pasando con esta falta de recursos es lo que sucede con la neuromodulación. Ya lleva décadas utilizándose y en este tiempo se han podido recoger evidencias que demuestran su eficacia, su costo-efectividad y su seguridad para el tratamiento del dolor espinal persistente. “Y, a pesar de todas estas evidencias, continúa siendo usada como último recurso para el tratamiento de esos pacientes. Quizás sea preciso hacer todavía más labor de pedagogía para hacer entender tanto a las administraciones como a muchos profesionales que todavía pueden ser reticentes a su uso todos los beneficios que aporta este tratamiento”, explica el Dr. Antonio Montes, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital del Mar de Barcelona y presidente de la SCD.
En Cataluña se realizan al año 5,6 implantes de neuroestimulación espinal por cada millón de habitantes. Esto se traduce, en el escenario más optimista, en unos 50-60 implantes anuales. Se trata de una cifra que se encuentra muy por debajo de la media de algunos países europeos, como Bélgica, con 85 implantes por millón, u Holanda, con 54 por millón. Pero también está significativamente por debajo de la media en España, con 14,1 implantes por millón de habitantes; Navarra, el País Vasco y Valencia son las comunidades autónomas que más intervenciones de este tipo realizan, con 33,7 implantes por millón, 28,5 y 24,4, respectivamente. Estos son algunos de los datos recogidos en un informe realizado por la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (AQuAS).